Las ideas creativas vienen a mi mente de muchas formas, casi
siempre inesperadas, a veces cuando estoy en mis actividades diarias, otras
cuando una imagen llama mi atención. Desde hace casi dos años una de
esas ideas se instaló en mi mente, mostrar o dar un papel visible a
todos los materiales extra pictóricos que empleo y están ocultos en mis pinturas,
presencias silenciosas les llamo, porque casi no se ven pero ahí están, la
madera, las arenas, mármol, resinas y muchos otros materiales
que empleo.
Ya con esta idea en la cabeza,
un día llamaron mi atención
un montón de ramas recién podadas en una acera, silenciosas y
resignadas esperando el camión de limpia que vendría por ellas. Pensé que era
una imagen triste, un desperdicio y decidí mejor darles una vida nueva, de
alguna manera. Así comencé a experimentar y a imaginar cómo
podría montarlas y formar con ellas una pieza armónica y estética.
A
medida que las piezas fueron surgiendo y relacionándose
también con momentos y circunstancias de mi vida, el tema de las ramas entrelazadas pasó a ser el de los Encuentros y las relaciones entre personas, la
redes, Tramas y Urdimbres que forman nuestra vida. De ahí el título e hilo argumental de la
exposición.
Así, voy
tejiendo ramas con piedras, cristales,
latón y otros
materiales
que armonizan y en la trama también van quedando mis sueños, mis recuerdos
y mi amores y, algunas veces también, mis temores. Permito que las ramas me
marquen el camino y después sigo mi intuición para encontrar los espacios que me
piden un toque de color o una cierta textura. Por eso, cuando termino el tejido, la trama se
convierte en mi propia historia, en una parte de mi.
Hacer las ocho piezas de la exposición me llevó varias
semanas durante las cuales, por varias circunstancias personales pasé
por muchas emociones (como casi toda la gente, todos pasamos por distintos estados emocionales a lo largo de
los días). Mientras trabajaba, en
soledad, mis emociones surgían y algunas piezas, las hice muy alegre y relajada, otras, con más estrés o preocupaciones, y otras las hice triste, a veces llorando. En
todos los casos hacerlas y terminarlas fue un ejercicio sanador,
catártico que me dejó en paz y renovada.
Está
claro que el resultado final de estos 'Landscapes' y montajes sobre ramas
merecieron la pena, y que haré más composiciones de este tipo, probando
nuevos materiales, más autóctonos, buscando nuevos
significados, y con especial conexión para mi y mi tierra. Ha sido una
bendición encontrar esta línea de trabajo. Las prácticas realizadas con los alumnos me lo recuerdan, también.
Apenas si queda una semana para que finalice la exposición MUARMO, espero que vayan si todavía no se han acercado, tienen hasta el 21 de abril.
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